9 de noviembre de 2024
Por: César Quiroz
La tranquilidad de los habitantes de Jamundí se ha visto violentamente interrumpida en los últimos tres días, tras una ola de atentados con explosivos que ha dejado a la comunidad en estado de shock y ha encendido las alarmas de las autoridades.
Los hechos comenzaron el pasado 6 de noviembre en el barrio Ciudad de Dios, donde un artefacto explosivo, presuntamente lanzado desde un dron, detonó sin causar heridos. La noche siguiente, el 7 de noviembre, un nuevo atentado sacudió al barrio Ciro Velasco, cuando una motocicleta arrojó un explosivo en plena vía pública, dejando a una mujer levemente herida.
La mañana del jueves 8 de noviembre, la violencia escaló a niveles alarmantes con la detonación de una motocicleta bomba al paso de una patrulla de policía que, en su interior, solo iba tripulada por un policía. El hecho se presentó en el barrio Portal del Jordán, sobre la vía principal que comunica a Jamundí con el corregimiento de Potrerito. Este último atentado resultó ser el más grave, dejando un saldo de trece personas afectadas por la explosión, entre estas el policía que sufrió contusiones leves por la explosión.
Según el coronel Germán Manrique, comandante de la policía metropolitana de Cali, el atentado puede ser una represalia por los constantes operativos que adelantan en el municipio de Jamundí. “Dentro de las hipótesis más fuertes, obviamente apuntan a las disidencias de las Farc, porque sabemos por información de inteligencia que son quienes de una u otra forma hacen presencia en la zona rural”.
Ante esta grave situación, la alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, expresó su profundo rechazo. “Manifestamos todo nuestro repudio ante estos actos de violencia; nuevamente la tranquilidad de nuestro municipio se vio afectada; darle toda la solidaridad a las personas que fueron afectadas y sus víctimas y mandarle un mensaje al señor presidente Gustavo Petro. Los afectados son ciudadanos trabajadores, personas que hoy están sufriendo las consecuencias del poco compromiso con la seguridad de los jamundeños”, afirmó la mandataria.
En la mañana del mismo dia del suceso, la mandataria se trasladó al lugar del atentado con su cúpula gubernamental, donde fue increpada por algunas personas de la comunidad, que le reclamaron por los atentados que se han presentado en los últimos días y el deterioro de la seguridad en el municipio. Al término del presente día se dio un consejo de seguridad extraordinario, en el cual la alcaldesa afirma que el resultado de este concluye que las instituciones a nivel departamental, local y la fuerza pública seguirán trabajando por buscar estrategias para prevenir estos actos que afectan la integridad de la comunidad. También se ofreció una recompensa de 50 millones de pesos para quien dé información sobre los autores de este atentado delincuencial.
El señor Carlos Mezu, trabajador informal del centro de Jamundí, manifestó a la CPVC su preocupación por la afectación del sector económico por estos atentados. “Jamundí era conocida como la capital del cholado y ahora es la capital de los bombazos; ya nadie quiere visitar el pueblo”.
Jacqueline, una caleña que viaja a Jamundí cada viernes a visitar a sus padres, recuerda sus épocas de niñez, cuando visitaban el centro del municipio y comían cholados o compraban frutas y verduras en la galería. “El pueblo era un sitio muy agradable y seguro se podía caminar sin preocuparse de que lo robaran o que estallara una bomba”.
Sobre estos hechos también se pronunció Ángel Gonzales, el hijo del fallecido Rafael Gonzales, quien fue víctima del atentado con una motocicleta bomba el 12 de junio de 2024, cuando este trabajaba como cuidador de motos a las afueras de la entidad Bancolombia. “Cómo es posible que en tres días hayan hecho tanto daño a un municipio, y lamentablemente el gobierno se hace el de la vista gorda, donde está la señorita alcaldesa Paola Castillo, donde está la seguridad de parte del gobierno, donde está el presidente”.
Las fuerzas de seguridad se encuentran desplegadas en todo el municipio realizando operativos, hay un ambiente tenso y la incertidumbre de la guerra, la respira cada habitante del municipio de Jamundí, caminar las calles se ha vuelto una odisea, ya que no se sabe dónde será el próximo atentado con explosivos.
Este nuevo capítulo de violencia en Jamundí pone de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer las acciones en materia de paz, inversión social y de garantizar la protección de los ciudadanos.