El volcán Puracé, ubicado en el Parque Nacional Natural Puracé en el municipio de Purace, departamento del Cauca, sur occidente de Colombia, se erige como un imponente gigante dormido en medio de un paisaje andino de exuberante belleza. Con una altura de 4.650 metros sobre el nivel del mar, este estratovolcán activo ha sido testigo de la historia geológica de la región durante miles de años.
El Puracé ha experimentado numerosas erupciones a lo largo de su historia, la más reciente en 1977, cuando 16 estudiantes del Liceo Nacional Alejandro de Humboldt encaminaron una excursión hacia el volcán y al encontrarse con los indígenas, estos les advirtieron del riesgo inminente. Horas más tarde, hacia las 9:15 am, estando en la cima del volcán, este erupcionó, escuchándose la explosión hasta la ciudad de Popayan. Sin embargo, desde entonces ha permanecido en un estado de relativa calma, lo que lo convierte en un destino popular para el senderismo, el camping y el ecoturismo.
Las laderas del Puracé albergan una rica biodiversidad de flora y fauna. Los bosques nublados que rodean el volcán son hogar de una gran variedad de orquídeas, bromelias y otras plantas epífitas. Entre los animales que habitan en la zona se encuentran osos de anteojos, dantas de montaña, pumas y una gran variedad de aves.
El puracé no solo es importante por su belleza natural, sino también por su valor cultural. Este majestuoso santuario natural lo habitan las comunidades indígenas de los pueblos Kokonucos y yanakonas; estos han vivido en armonía con el volcán durante siglos, considerándolo un lugar sagrado y fuente de vida.
A pesar de su importancia, el volcán Puracé enfrenta diversas amenazas, como la deforestación, la minería ilegal y el cambio climático. Estas actividades ponen en riesgo la integridad del ecosistema y la seguridad de las comunidades locales.
Es fundamental proteger el volcán Puracé y su entorno natural. Se requieren esfuerzos conjuntos por parte del gobierno nacional, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades étnicas locales para garantizar la conservación de este tesoro natural y cultural para las generaciones futuras.